La noche del pasado sábado, la Sala The One de San Vicente del Raspeig se convirtió en un templo para los seguidores de Linkin Park.
Linkoln Park, la banda tributo que ha llevado el legado del grupo californiano por toda España, ofrecía un concierto muy esperado, y la respuesta del público no pudo ser más entusiasta.
Desde los primeros acordes de la "Intro+ One Step Coser", quedó claro que la banda se había propuesto hacer justicia al sonido de los originales. El vocalista Héctor Montesdeoca, con una entrega impecable, supo canalizar la intensidad de Chester Bennington, al que se le rindió un sentido homenaje, mientras que el resto de la banda replicó con precisión cada riff, cada beat y cada atmósfera que definió el nu-metal de principios de los 2000.
Linkoln Park, la banda tributo que ha llevado el legado del grupo californiano por toda España, ofrecía un concierto muy esperado, y la respuesta del público no pudo ser más entusiasta.
Desde los primeros acordes de la "Intro+ One Step Coser", quedó claro que la banda se había propuesto hacer justicia al sonido de los originales. El vocalista Héctor Montesdeoca, con una entrega impecable, supo canalizar la intensidad de Chester Bennington, al que se le rindió un sentido homenaje, mientras que el resto de la banda replicó con precisión cada riff, cada beat y cada atmósfera que definió el nu-metal de principios de los 2000.